Actitudes y valores: ¿Qué son? ejemplos y diferencias

Hablar de los valores es importante para el desarrollo de cualquier niño en cara a su etapa de adolescente y posterior adultez. Pero además hay otros temas a tratar para que el infante sea capaz de crecer de una forma correcta según la percepción de la sociedad, para ello se debe profundizar sobre las actitudes.

A continuación, explicaremos todo sobre las actitudes y valores, qué son, algunos ejemplos prácticos y diferencias entre ellas, esto permitirá que seas capaz de compartir la información con los demás e inculcarles a los más pequeños del hogar, estas cualidades tan importantes para el ser humano.

actitudes

¿Qué son las actitudes o actitudes sociales?, ¿Y los valores?

Al hablar de las actitudes sociales nos referimos a un conjunto de acciones que realizamos como respuesta ante una determina situación, esto puede ser considerado como positivo o negativo según la percepción de la sociedad. Aquí entran un conjunto de elementos adicionales como son nuestras creencias, sentimientos y conductas aprendidas con el paso de los años.

Con respecto a los valores, nos referimos a un conjunto de ideales, principios o cualidades que son vitales para el individuo, estos permiten que la persona se desarrolle como alguien moralmente aceptable para la sociedad. El sujeto guiará y encaminará a otros a seguir dicho tipo de enseñanzas, porque con el paso de los años ha corroborado que son positivas.

Las actitudes y valores son necesarias en sí, aunque las primeras se complementan con las segundas, ya que una persona sin virtudes, sus reacciones ante cierto conjunto de situaciones probablemente sean negativas para el resto.

Tipos de actitudes

Ahora que tienes idea sobre qué son las actitudes, es momento de hablar de los tipos que existen, ya que el ser humano es bastante complejo de por sí. Siempre ante alguna situación estaremos predispuestos a comportarnos de manera determinada, ya que dicho pensamiento se formó en las tempranas fases de la crianza.

Actitud positiva

Es aquella actitud que se basa en buscar los mejores resultados en cualquier situación que se considere adversa. Esto permite que el individuo tenga una fuerza de voluntad mayor y así podrá afrontar cualquier problema que se le presente con eficacia. Eso sí, no hay que obviar los factores negativos que están a nuestro alrededor, sino en todo caso sacar provecho de ello.

Actitud derrotista

Es lo contrario a lo explicado anteriormente, ser negativo no tiene que ser relacionado con el realismo. La persona que promueve el derrotismo induce la desmotivación y la falta de creencias, ya sea a nivel personal y colectivo, esto permite que se obtengan peores resultados en la tarea. Un exceso de positivismo también puede ser perjudicial así que se debe encontrar un balance.

Actitud pasiva

Aquí entra cualquier comportamiento que permite que el sujeto sea manipulado con facilidad, se relaciona con falta de autoestima, depresión, además de considerarse invisible para el resto. La persona pasiva jamás tomará la iniciativa, esperará que las cosas ocurran, evitará tomar participación en acciones colectivas.

Actitud agresiva

Aquí tenemos a un individuo que manifiesta sus emociones con intensidad variable, esto es perjudicial porque podría llegar a agredir físicamente al resto, esto sin dejar de lado que verbalmente podría faltar el respeto y decir improperios. Este tipo de personas ante una situación adversa es probable que entre en ira.

Actitud flexible

Cuando alguien presenta una actitud flexible es capaz de adaptarse a cualquier situación, comprende a sus similares, busca en todo caso la neutralidad. Comprende que hay que buscar un equilibrio donde todos puedan lograr un bienestar físico, mental, entrar en una situación de armonía, paz, aquí se relaciona con el valor de la empatía.

Actitud altruista

La persona altruista es aquella que vive por el beneficio de los demás, es decir se sacrifica, ayuda sin considerar, es compasivo, actúa sin esperar que nadie le dé una recompensa, aunque se entiende que este tipo de gestos le da la sensación de realización propia y por ende satisfacción. En cara a la sociedad es un comportamiento extremadamente positivo.

Diferencias entre valores y actitudes.

Hay una gran diferencia que nos permite separar a las actitudes de los valores. Los valores son atributos relacionados con la moralidad a nivel personal, pero al hablar de actitudes nos referimos a nuestro punto de vista respecto a una situación particular, es decir nuestro comportamiento.

Las actitudes siempre estarán respaldas por nuestros valores, para brindarte un ejemplo, alguien que se le ha infundado la virtud de la paz, tendrá una actitud tranquila, no buscará tener conflictos con los demás, es probable que sea alguien afable.

Otra forma de diferenciar estos elementos es a través del método de influencia, los valores se inculcan debido al contexto cultural en el que nos encontremos, pero también está presente la familia, amigos, la religión, interacciones sociales y más.

Por cierto, los valores se agrupan en ciertas categorías distintas a las actitudes, ya que los valores son morales, sociales, económicos, estéticos, entre otros. Luego nuestro comportamiento puede ser pasivo, activo, agresivo, flexible, nihilista, y más. Además, la percepción que tenemos de un principio generalmente es positiva, en cambio nuestros gestos pueden ser negativos y positivos.

Otra diferencia destacable es que los valores son más dinámicos que las actitudes, ya que es una conexión más personal y directa a la motivación. Un individuo puede conseguir cierto impulso moral en base a sus ideales. Pero en caso de que alguien consiga fuerza de voluntad en base a una actitud, es porque un objeto o persona está involucrado directamente, esto puede ser percibido como positivo o negativo.

¿Cómo se forman las actitudes?

Al hablar sobre cómo se forman las actitudes debemos comprender que las mismas se crean en base a la experiencia en la vida del sujeto, esto le crea cierta estabilidad o le hace considerar que una serie de acontecimientos influyen en nuestra forma de actuar de cara al futuro.

En otras palabras, a pesar de que nuestras actitudes se crean gracias a los valores, ellas podrán cambiar según nuestra vida, por ejemplo, alguien que siempre acumuló triunfos en su vida, es un sujeto que a la primera de un fracaso será incapaz de comportarse de una forma correcta ante dicha situación.

Por eso es correcto que, durante el crecimiento de una persona, se vayan experimentando situaciones que facilitarán el desarrollo del individuo, sí, una derrota puede ser amarga, pero se genera una experiencia para el futuro, lo mismo ante la tristeza, rupturas emocionales y más, todo este tipo de situaciones es vital.

Eso sí, hay que destacar que no todas las actitudes se van a generar en base a una experiencia, ya que existe la posibilidad que el individuo tenga un control racional de todas sus emociones. Por ejemplo, a pesar de que sea su primera ruptura amorosa, no sentirá tristeza, sino que puede llegar a reflexionar.

¿Cuáles son las funciones de las actitudes?

Las actitudes tienen cinco funciones, la primera de ellas es la evaluativa, es decir, permite brindar pistas para orientar una futura acción, por supuesto conocer qué ocurrirá asíevitar juicios ante alguna situación en concreto.

La función instrumental es la que le permite al individuo alcanzar los objetivos que le aporten beneficios tangibles o mejoren la situación en la que se encuentra. Para simplificarlo, ajusta su comportamiento en pro de su comodidad.

Luego está la función expresiva de los valores, aquí tenemos la cualidad que permite manifestar sus pensamientos y sentimientos, siendo así el deseo de hacer público qué ocurre en sus adentros. Claro está, se utiliza la racionalidad en todo momento, no se pierde el temple, se mantiene un estatuto e imagen social.

Ahora tenemos la función ideológica, que indica que nuestras actitudes determinarán cierta desigualdad en la sociedad. Piénsalo desde el siguiente punto de vista, si te comportas de forma agradable ante un compañero de trabajo es probable que a otro le desagrade, debido a que se persona no es de su simpatía. A pesar de que se trate actuar en neutralidad, siempre nuestras acciones serán influyentes en la vida de terceros.

La última es la función de la separación, aquí nos encargamos de controlar un sinfín de elementos que son negativos en totalidad. Por ejemplo, en un insulto la forma correcta de actuar no es devolverlo, sino ignorar y marchar, ya que pagar con la misma moneda podría generar ciertas condiciones desfavorables a un conjunto de personas.

Características de las actitudes

Ahora es momento de especificar las características de las actitudes, la primera de ellas es la forma en la cual se obtienen, ya que estas son el resultado de nuestra experiencia y aprendizaje en el camino de la vida. Esto implica que se generará una tendencia a responder ante una situación, por ejemplo, ante un rechazo social es posible cortar vínculos con la persona.

Otra de las características es su naturaleza, ya que estos elementos son dinámicos, en otras palabras, son flexibles, susceptibles al cambio, así que es existe la posibilidad de reaccionar de una forma inesperada ante una situación que hayamos vivido varias veces. Por ejemplo, ante una situación trágica en vez de responder con tristeza sea con ira.

Es necesario destacar que las actitudes son transferibles, una reacción puede generar respuestas en cadenas y así desarrollar un nuevo panorama en el ambiente. Un caso práctico son las múltiples revoluciones que han ocurrido en la historia humana, todas empiezan en base al comportamiento de un individuo ante un suceso particular, esto inspira a otros a seguir sus pasos.

Bibliografía

  • Carlos Castilla del Pino (2009). Conductas y actitudes.
  • Joaquín Gairín Sallán (1991). Las actitudes en Educación.
  • Fernando Salmerón (1991). La filosofía y las actitudes morales.
Sergio
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